Tenemos plena
confianza en diversos servicios que almacenan nuestros datos
personales y los cuales nos garantizan en sus políticas de servicio
cierto nivel de privacidad. Pero nadie tiene
una total seguridad de
ello, ni todas las empresas ofrecen
servicios gratuitos sin un beneficio. Nuestra
información normalmente va a parar a los datacenters (centros de datos) de las
empresas que suministran un servicio.
Nuestro perfil como usuarios y como consumidores puede llegar a ser almacenado por las empresas. Cuando navegamos por Internet, desvelamos nuestras actitudes de consumo y nuestros gustos. En un artículo del periódico The Washington Post se reveló que Facebook estaba vendiendo nuestros datos a otras empresas (sin consentimiento del usuario). Las empresas de publicidad reciben información que pueden emplear para conocer los perfiles de sus consumidores y sus gustos. Este artículo se centra en Facebook, pero hay más redes sociales que han sido investigadas por estas actividades.
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